Soldeu - Andorra

Aventura, paisajes de ensueño y relax. También música y arte románico. Gastronomía y negocios. Todo en 468 km2 de extensión, en un pequeño país independiente - único Co-principado del mundo - con más de mil años de historia.

Situado entre Francia y España, Andorra es conocida por sus prestigiosas estaciones de esquí que suman más de 300 km de dominio esquiable. Sin olvidar su naturaleza: el 90% del país es territorio forestal y uno de sus valles, el Madriu, es patrimonio de la UNESCO. Además, sus más de 1.500 comercios, con impuestos reducidos, sus hoteles de gran calidad y la variedad de sus servicios convierten al Principado en el país de las grandes experiencias.

Bienvenido a Andorra, bienvenido a Soldeu en nuestro hotel de lujo frente a las pistas de Grandvalira.

Soldeu es montaña
Una pequeña localidad a 1.850 m de altitud y a pie de pistas de la mayor estación de esquí de los Pirineos.
Un enclave único para disfrutar de la naturaleza durante todo el año.
Nieve en invierno y un campo de golf en verano.
Con una amplia oferta de ocio para que disfrutes de tus días libres. Actividades de montaña, restaurantes tradicionales, la pequeña iglesia románica de Sant Bartomeu y un casco antiguo que nos recuerda tiempos no muy lejanos en los que el pueblo vivía de la ganadería.
Si tienes la ocasión, no te olvides de visitar la capilla de San Bartolomé de Soldeu que cuenta con visitas guiadas gratuitas durante los meses de verano. Situada en el extremo este del pueblo, cerca del camino real, está registrada como bien de interés cultural en Andorra. Fue construida hacía los siglos XVII o XVIII y corresponde a un estilo de arquitectura religiosa popular de la época barroca. Consta de una nave prolongada por un ábside, ambos cuadrangulares, con un pequeño campanario de espadaña de un único agujero. El porche y la sacristía se encuentran adosados ​​a la parte sur de la nave, que está cubierta con una bóveda de cañón. La planta tiene pilares adosados ​​a los muros y la imposta está realizada con una moldura. La iluminación interior se consigue a través de dos ventanas, una de ellas con forma de aspillera.
En el interior, encontrarás también un retablo renacentista del siglo XVI, en honor del santo patrón San Bartolomé y que preside el altar. Cabe destacar la presencia de un baldaquín del siglo XV, el único existente en el Principado, con elementos ornamentales góticos y una pintura que representa la glorificación de Jesucristo.
Una visita que no puedes perderte si eres un amante de la arquitectura, el arte o la historia.